Como la de Irak, la comunidad judía de Irán es una de las más antiguas del mundo, y se remonta aproximadamente al 730 AEC. La emigración masiva a Israel comenzó poco después de 1948, seguida de otra ola que devino a la Revolución Islámica en 1979. Hoy en día, aproximadamente 250.000 judíos de ascendencia persa llaman a Israel su hogar, y quedan 20.000 en Irán, principalmente en Teherán. En Israel, la mayor población de judíos persas vive en Holon, al sur de Tel Aviv.
Es una comunidad que se comunica exclusivamente en hebreo y ha perdido algunas tradiciones a lo largo de las décadas desde su llegada, el elemento mejor conservado de la cultura judía iraní en Israel es sin duda la cocina. Un plato tradicional judío-persa es el gundi, una bola de masa rellena de pollo y garbanzos, condimentada con cardamomo y cúrcuma y que normalmente se disfruta durante las cenas de Shabat. A diferencia de los judíos asquenazíes, los iraníes (y otros mizrajim) comen arroz durante la festividad judía de la Pascua, una división bien conocida en el mundo judío.
Purim, con sus orígenes históricos en Persia, es también una tradición muy celebrada dentro de la comunidad judía iraní, aunque los eventos familiares privados tienden a tener prioridad sobre las exhibiciones públicas de trajes elaborados, como es común en otras comunidades judías.