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José el engreído y sus envidiosos hermanos

Por el Profesor Isi Wolff

José el engreído y sus envidiosos hermanos

El libro del Génesis en los capítulos 37 al 40 nos relatan lo ocurrido a la familia del tercer patriarca Yaacov llamado también Israel desde el momento en el cual se reinstalo en l a tierra de Canaán (Israel) junto con sus dos esposas y sus 12 hijos e hija.

La parasha nos cuenta en una de las tramas más logradas y bellas de la literatura universal como el hijo preferido de Yaacov, Yosef despertó la envidia y el odio de todos sus hermanos «por creérsela» como se suele decir y obvio también porque su padre hacía discriminatorias diferencias entre ellos.

A tal punto llegan las cosas que los hermanos secuestran a Yosef con intención de asesinarlo y al final gracias a la intervención de sus hermanos, Rubén y Judá, terminan vendiéndolo como esclavo a unos mercaderes que se dirigen a Egipto, mintiendo a su padre que Yosef fue devorado por un animal salvaje. (El relato está compuesto por dos fuentes distintas, una septentrional israelita y otra claramente judaíta del sur, entrelazadas con artística maestría por el editor en una larga novela)

En Egipto el engreido Yosef es vendido como esclavo a Potifar donde gracias a sus dones freudianos, con los cuales más tarde vencerá a los mejores psicoanalistas de aquella generación, los hartumim egipcios, para interpretar actividades oníricas sobrevive la prisión luego de ser calumniado por la esposa de Potifar de intento de violación cuando en realidad ella lo deseaba y él se le negó (el único caso de acoso sexual femenino a un hombre, refrescante novedad literaria para una antología machista patriarcal falo céntrica como la Biblia).

En prisión Yosef interpreta los sueños de dos compañeros y así logrará liberarse de la cárcel y llegar a entrevistarse con el mismo Faraón para interpretar sus enigmáticos sueños simbólicos.

Justamente Yaacov, llamado también Israel que fue el patriarca que menos vivió en Canaán, a su nombre se llama el pueblo que sale de sus simientes, el Pueblo de Israel y su tierra la Tierra de Israel. De sus hijos saldrán los hijos de Israel.

Por eso está escrito «Residió en la tierra de las peregrinaciones de su padre en la tierra de Canaan» (37,1)

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