Masada, que ofrece las vistas más impresionantes del desierto de Judea y una historia escalofriante, es una fortaleza natural asombrosa que se aferra a la ladera de la montaña que se eleva por sobre el Mar Muerto. Se encuentra a 400 metros sobre el nivel del mar, con vistas de 360 grados, y es donde 960 hombres y mujeres se suicidaron para evitar la esclavitud ante el Imperio Romano. En 2001, Masada fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero durante mucho tiempo ha sido una atracción popular en Israel antes de esta fecha. Construida por Herodes el Grande, rey de Judea, que reinó entre el 37 a. C. y el 4 d. C., la fortaleza protegía un opulento palacio romano, baños y cisternas de agua, que hoy se anuncia como un importante sitio arqueológico. Para el pueblo judío, sin embargo, Masada significa mucho más: es un poderoso símbolo de dónde buscaron refugio los últimos sobrevivientes de la revuelta judía. Descubierta en 1960, Masada permaneció intacta durante trece siglos. Si bien solo se puede llegar en teleférico o rutas de senderismo empinadas, Masada es una experiencia imperdible.