¿Quiénes fueron realmente los Reyes Magos?

Aparecieron solamente una vez en los escritos de la historia del nacimiento de Jesús, pero sin embargo, estos hombres sabios de oriente vinieron para quedarse y dejar una duradera impresión en la imaginación colectiva.
Muchos villancicos y canciones de navidad hacen mención de los tres reyes, que siguen una estrella brillante que los guía hacia Belén a rendir homenaje al niño Jesús. En la Biblia, no se les llama reyes, y no se especifica su número, sino que son «sabios de Oriente».
Según el evangelio según Mateo, una estrella brillante guio a los magos desde el este hasta que se detuvo «sobre el lugar donde estaba el niño», y «al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre» (Mateo 2:9-11).
Los magos se arrodillaron ante el niño Jesús y «le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra». Sus regalos son posiblemente una alusión a la visión de Isaías, en el Antiguo Testamento, de las naciones que rinden tributo a Jerusalén: “Una multitud de camellos te cubrirá. Traerán oro e incienso, y proclamarán la alabanza del Señor” (Mateo 2:11, Isaías 60: 6)

Adoración de los Reyes Magos, retablo mayor de la Catedral del Salvador de Zaragoza, España.
Escultor Hans de Suabia.
Pero para intentar entender quienes fueron realmente estos Sabios podemos indagar en los pueblos originarios del Oriente para tratar de ver de dónde nació esta tradición.
En la antigua Mesopotamia existió el Imperio Medo que luego fue absorbido por el Imperio Persa. En este imperio existía una tribu que eran los encargados de diversos cargos religiosos, aceptando posteriormente la fe de Zoroastro y ocupando entonces los cargos del sacerdocio en este culto. Como parte de su trabajo, el conocimiento de la astrología y el entendimiento de los astros era parte fundamental.
En la lengua persa antigua estos sacerdotes eran conocidos con el nombre de “Amagosh” o “Magush”. Del persa este nombre devino en el griego y latín como “Magus”, “Magoi o Magi” en plural respectivamente, de allí nace la palabra “Magia” que utilizamos hasta hoy en día en el idioma español. A principios del siglo VI ya se describía a estos personajes en la tradición cristiana, no como sacerdotes o sabios, sino como reyes. Sin tener en claro como ocurrió esta transformación es así que en español se les comienza a llamar «Los Reyes Magos».

Los relatos posteriores de esta tradición comienzan a identificar a los magos por sus nombres y sus tierras de origen: Melchor provenía de Persia, Gaspar (también llamado «Jaspar») de la India y Baltazar de Arabia. Sus regalos también tenían significados simbólicos especiales: el oro significa el estatus de Jesús como «Rey de los judíos»; el incienso representa la divinidad y la identidad del niño como Hijo de Dios; y la mirra trata sobre la mortalidad de Jesús.
La historia de estos reyes sabios sacerdotes y magos se nos cuenta en la Biblia sin demasiados detalles y es la tradición posterior la que llena los huecos dándole sentido a esta festividad, una de las más antiguas del cristianismo, que para la iglesia católica se celebra el 6 de enero y en las iglesias ortodoxas el 12 de este mes. Esta fecha es llamada Epifanía, dado que es el día en el que Jesús toma una presencia humana en la tierra, es decir, Jesús se «da a conocer» pero más conocida, en especial por los niños, como el Día de los Reyes Magos.